La crianza de cerdos en Parma representa, desde el punto de vista histórico, una actividad muy arraigada, que se documenta ya a fines del 1400. En aquella época se apreciaban particularmente los cerdos de manto negro, que alcanzaban pesos notables (190-240 kg). A partir de la segunda mitad del siglo XIX, los cerdos negros fueron gradualmente sustituidos por razas blancas del norte de Europa, mucho más rentables y productivas. Sin embargo, a partir de mediados de los años 90, se ha puesto en marcha un proyecto de recuperación del Cerdo Negro de Parma, que hoy ha vuelto a repoblar el territorio de Parma. Desde el punto de vista numérico, la población actual, considerada “fundadora” del registro de reproductores híbridos, está constituida para varios cientos de ejemplares criados en una veintena de granjas, la mayor parte de ellas en estado semi-montaraz.
Animal robusto, de tamaño medio-grande y con un justo equilibrio de conformación entre las ancas y la paleta. Piel de color pizarra oscuro, manto formado por cerdas ralas de color gris oscuro tirando a negro. Son características distintivas las orejas rectas hacia adelante y hacia abajo y, en algunos ejemplares, unos apéndices que cuelgan de las mejillas, las llamadas mamellas.
Raza Negra de Parma o Negra Parmesana (foto Alessio Zanon)
Raza Negra de Parma o Negra Parmesana (foto Alessio Zanon)